viernes, 13 de noviembre de 2009

La rabia


La rabia es comprender, por enésima vez, que un jurado popular no vale para nada. Que Asun posiblemente haya perdido las pocas ganas que le quedaban de seguir viviendo. Que Javi y Txomin se han aliviado bien poco. Al principio, la rabia fue ver las imágenes morbosas que todo el mundo vio. ¿Por qué? ¿Cuestión de justicia? La rabia era escuchar a los compañeros de redacción diciendo que mostrar los vídeos de las cámaras de seguridad era estupendo. Y las de la recreación de los hechos. Estupendísimo. "Así todo el mundo sabrá cómo es este tipo", decían.

De la rabia del supuesto linchamiento mediático al que sometían a Yllanes -incluidas acusaciones a la empresa donde aprendo a ser periodista- es fácil pasar a la rabia de pensar que con Nagore ya no hay remedio. Está muerta. Para eso no hay solución. Ni siquiera unos cuantos miles de euros. La rabia se convertía en otra cosa. En ver cómo un tipo aparentemente normal, con cara de ángel, era capaz de acordarse de "estar encima de la chica y estrangularla", pero no recordaba bien cómo había llegado a esa situación. A lo mejor no quería acordarse.

Sinceramente, yo tampoco querría. Me comerían los remordimientos hasta desgarrarme las entrañas. Pero debería hacerlo. ¿Cuestión de justicia? Cuestión de dignidad, de humanidad. "La maté, pero no quería hacerlo". Ahí también hay rabia, la de la contradicción del hombre, la de los instintos animales incontrolables. Instintos innatos, porque lo son. Lo que no pueden ser es excusa. La rabia son también los pocos años de cárcel, el veredicto. Homicidio. ¿En qué se diferencia un homicidio de un asesinato? Los matices son tan suaves...

Confesó el crimen, colaboró con la justicia. De acuerdo. Buscó un cómplice, intentó ocultar el cuerpo y lo ocultó. No quiso acudir a la policía, pese a que su padre se lo pidió. Igual de cierto que lo anterior. El chico bueno, el modelo, el psiquiatra, el hombre responsable. Eso es la rabia.

Me entra rabia por todo esto, porque uno sufre pensando en Nagore, que ya no puede defenderse, ni pudo hacerlo. Porque la familia de Yllanes sufre también, como nunca habrían sufrido antes, seguro. Me da rabia que el jurado popular se crea que no hubo alevosía y que fue un arrebato. Me da rabia que el "homicida" estuviese más de dos horas en el piso, con la chica a su merced y literalmente la reventase. Pero no se acuerda y no hay pruebas. Eso también es la rabia.

Me da rabia que no tenga las pelotas/cojones/arrestos que hay que tener para afrontar los problemas, por muy duro que sea, por muy mal que lo pase, por muchos euros inútiles que ponga como indemnización. Porque la mató y lo sabía. Y lo sabe. Y lo sabrá durante toda su vida. Pero lo que más rabia me da es cerciorarme, otra vez más, de la poca o nula justicia que hay en este país.