sábado, 17 de octubre de 2009

Y ahora, ¿dónde están las llaves?

Robertito el de Pitillas.

Se lo preguntaría Andrés Montes, que en paz descanse, si en lugar de narrar los éxitos de la selección de baloncesto, su destino periodístico le hubiese llevado hasta la política navarra. Desde hace cerca de un mes (más o menos el tiempo que llevo sin tocar el mazo), las llaves del Parlamento se han multiplicado en copias. Antes, NaBai, más o menos, se entendía con los socialistas, y compartían llavero para ir a currar prontito por la mañana.

Y que me perdonen mis amigos Felones, que los quiero mucho, pero no logro comprender la esquizofrenia que demuestra el PSN cada vez que tiene que cambiar de acera. En las autonómicas de 2007 nos vendieron un cambio de timón, un paso adelante con los Zabaleta, Barkos, Maiorga y cía, pero se echaron atrás, previa presión de Pepiño y el ex jugador del Real Madrid que se llama Diego.

A pesar de ello, se tiraron a la piscina y gobernaron con la coalición nacionalista vasca. De buen rollo, por supuesto. Menos en Barañáin, donde el régimen pronto se derrocó. No quiero explayarme más, que estos cuentos son agua pasada, pero es que es la releche. Primero, damos la mano. Después, la quitamos, pero a medias, por si acaso. Y ahora, en el último movimiento estratégico del imperio corellano (véase Don Miguel Sanz Sesma), nos cogemos las maletas y nos montamos en un avión rumbo al peloteo UPNeista. A NaBai que le den. Así, sin más.

Si a ello le sumamos la corellada (véase Don Miguel Sanz Sesma de nuevo) de apartar a CDN del pacto de gobierno porque al señorito no le gusta extender mucho el euskera, no vaya a ser que se nos contagie la plebe, lo de la política navarra es para echarse a llorar con diez toneladas de pañuelos desechables (que con la Gripe A nunca se sabe).

Sanz a lo suyo. Roberto Jiménez, a lo que salga. Si es dejar de hablar y gobernar con NaBai, adelante. Si es criticar a Osasuna porque soy Roberto Jiménez, pues también, qué cojones. Que en Pitillas menudos huevos tenemos, dirá Robertito.

No es que haya estado encerrado todo este tiempo en una celda, ni que me haya aislado del mundo, ni que viva desactualizado. De todas estas historietas podía haber escrito desde hace siglos. Lo que pasa es que hoy ha sido un día especial. Sí. Hoy ha sido el día en que, por segunda vez después dos años, por segunda vez desde que coloqué la papeleta en la urna, me he dado cuenta de por qué voté a los cannábicos. Bendita marihuana.

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