jueves, 12 de febrero de 2009

Luchemos

(Va por ti, tío)

Siempre has sabido luchar, luchar por lo que quieres, por lo que tienes y no quieres perder, por los que te quieren y te quieren seguir queriendo. Te tocó luchar hace poco, como le ha tocado a la abuela. Y luchaste de lujo. Venciste. Y vencerás.
Ahora te toca otra vez, nos toca a todos. Luchar juntos es mejor, es el doble de lucha, el doble de ilusión, el doble de valentía. Sabes que vamos a estar a tu lado, que lucharemos contigo hasta ganar. Porque vamos a ganar, eso no lo dudes. Lucharemos y ganaremos por todos nosotros.
Por ti, por Celia, por la abuela, por el abuelo, por Lourdes, por José, por los tíos y primos de Murchante, los de Fontellas y los de Zaragoza. Sobre todo por Lucía, que seguro que también te echa un cable de vez en cuando. Luchemos juntos, con garra y la cabeza bien alta.
Yo quiero luchar contigo, porque tenemos mucho que ganar en esta lucha. Ya tengo ganas de salir victorioso, de verte en la calle paseando una tarde de otoño por Iturrama, de comer contigo en algún sitio de los del Ensanche, de echar unas canastas en el jardín, de escuchar tus consejos y aprender aún más de todo lo que sabes.
Tengo ganas de volver a ir al cine, de que nos cenemos ese shushi que tenemos pendiente, de enseñarte las prácticas que hago en la uni, de hablar largo y tendido en la mesa de la cocina. Luchar merece la pena por todo eso y por muchas cosas más.
Cuenta conmigo para ayudarte.

3 comentarios:

Luisgui dijo...

La vida es de los que luchan Ariglia

Javier Felones dijo...

luchar como espartanos mikela2

Anónimo dijo...

Hola sobrino.

Aquì nos cruzamos, aquì cruzamos nuestros sentimientos, como los cruzaremos en iturrama, debajo de una canasta o en una buena mesa llena de arillas y sin mantel. No lo dudes.

Mientras tanto toca luchar, aunque lejos de lo que parezca la batalla esta en otros lugares, no en las camas con olor a betadine y las ampollas de cortisona. Mi batalla no es tan distinta a la vuestra. Hay que vivr combatiendo, con un examen, con un profesor, un jefe, un trabajo, una hija preciosa y desordenada, con un cancer...

Es nuestro viaje a Ìtaca, sobrino. Solo el viaje tiene sentido.

He llorado con tu blog. Un poco por la tristeza, un poco por emociòn, pero sobretodo por ver en que maravillosa persona te has convertido, pese al mazo.

El tìo del tìo del mazo.