Han vuelto, ya están otra vez aquí. Los bocazas, los lanzamierdas. Siempre vuelven por lo mismo, porque un ciclista ha muerto. Parece mentira, pero es cierto. Todavía hay sueltas por el mundo personas con poca vergüenza, que sólo ejercen su racional verborrea pseudomédica cuando salen a relucir las desgracias de uno de los deportes más nobles del mundo.
Frederiek Nolf es esta vez su reclamo, el blanco de todos sus dogmas científicos. Un chaval de 21 años, belga, del modesto equipo flamenco Topsport Vlaanderen. Un esprinter, pura velocidad. Su vida se ha esfumado demasiado rápido, demasiado pronto. No se sabe por qué ha fallecido, aunque se cree que un infarto es la causa.
No se preocupen, querido público, los tertulianos ya han montado su escenario de rumorología y prejuicios de hematocritos. Como de costumbre. Ya lo montaron con Salanson, con Zanette, con Galletti... Según los expertos lanzamierdas, Nolf ha muerto porque iba hasta el culo de EPO, porque corría por sus venas sangre inyectada de un caballo de carreras, o, simplemente, porque era ciclista. Y ya se sabe lo que ocurre con los ciclistas. ¿No?
En la vida hay muchas cosas que me sacan de quicio, y una de ellas es ver cada cierto tiempo a esta panda de listos hablar de ciclismo, del deporte con el que he crecido y aprendido valores que ya quisieran tener ellos. Siempre repito lo mismo. Dejad en paz al ciclismo, respetad a los muertos como os gustaría que respetasen a vuestros fiambres, e idos a tomar viento fresco.
Lo peor es que, aunque os borréis del mapa, los profesionales de la bici tienen por responsables federativos a auténticos comisarios del FBI implacables y curtidos, por lo menos, en el infierno de Vietnam. Gracias a los lanzamierdas y a esta pacotilla de tutores del deporte de las dos ruedas, la llevamos clara todos los que amamos la bicicleta. Menudo asco.
3 comentarios:
Para los que amamos este deporte es un mal día Ariglia.
Zas, en toda la boca! Se lo merecen. Y pobre chaval
La historia siempre se repite. El ciclismo está muy tocado por la desidia de esos "tutores" de los que hablas. Esos cabrones buscaron el espectáculo para lucrarse, y ahora abandonan el barco.
Independientemente de las causas de su fallecimiento, pobre chaval. Por la edad, por las circustancias y por haber visto así a su deporte. Descanse en paz.
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