martes, 28 de abril de 2009

El eterno estigma

Da rabia darse cuenta de que vivimos en una sociedad sin alternativas, sin posturas que puedan alejarse de lo políticamente correcto, del jodido juego democrático que retira la cara cuando le conviene que no le salpiquen.

A Representación Cannábica de Navarra-Nafarroako Ordezkaritza Kannabikoa (RCN-NOK) le han descojonao la candidatura que iba a presentar a las próximas elecciones europeas. Capitaneados por Fermín Les, los cannábicos forales (4.707 votos, medio escaño por lo menos, en las Autonómicas de 2007) se han visto obligados a abandonar su campaña, porque la nueva normativa electoral exige 15.00 firmas de ciudadanos o 50 de cargos electos para avalar una candidatura. Y eso con 15 días de plazo.

Los 15 días pasaron y RCN-NOK creyó que el compromiso de aquellos que se habían mojado era una garantía. Cargos electos de toda España les prometieron firmar para que pudiesen tener papeleta en los comicios. Pero sólo respondieron 5. Los 45 restantes cogieron la toalla y se quitaron el salitre a toda prisa. Es que a lo mejor les registraban la casa buscando hierba. Dios les libre.

El caso es que RCN tendrá que esperar a otras europeas para intentar tener voz a nivel continental. Sólo porque tienen colgado el sambenito de drogadictos, de desestabilizadores sociales. Sólo porque todavía no hay gente con las narices necesarias para comprender de manera racional qué se pretende legalizando el cannabis, y lo que es peor, sin las narices necesarias para hacerlo comprender a los ciudadanos, porque las cosas están para explicarlas antes de juzgar.

El eterno estigma se eterniza aún más. Les tachan de poco serios, cuando hay gentuza que nos engaña escondiendo la que está cayendo en la economía, sinvergüenzas que extorsionan, se lucran, roban y juegan con el dinero como si la vida fuese un Monopoly.

El mal de la droga, del cannabis concretamente, no lo traen aquellos que defienden una mejor gestión de la planta y un mejor aprovechamiento de su potencial económico o medicinal. El mal del cannabis lo traen los que trafican con él, los que revientan los precios y cobran en negro, los que mezclan la marihuana con porquerías y la venden como si fuera pura. Esos son los malos. Los otros, los cannábicos de verdad, buscan soluciones, no problemas.

Y aunque les fastidie a los que van de buenos en esta dramática película, seguirán (seguiremos) buscando la solución a este grave problema. El estigma dejará de ser eterno. Y además comeremos perdices.

1 comentario:

El antihéroe dijo...

Que gran verdad. Es como la prostitución. Se mueven millones de euros al año pero es un tema tabú. Y lo peor es que el hecho de ser tabú hace que se enriquezacan proxenetas sin escrúpulos. Y los que prohiben el debate son los que luego más uso hacen.

Legalizar la maría, su arpovechamiento racional y el levantamiento de tabúes nos beneficiaría a todos. Pero es como todos: los que piensan que por legalizar el aborto nos tenemos que poner a abortar todos.

Mucho ánimo.