jueves, 6 de noviembre de 2008

El rosco de los tortolitos

Como en un bolero de Armando Manzanero, hay personas que por el amor lo dan todo. También hay empresas a las que les gusta mostrar a su público lo bonito que es haber encontrado a una media naranja fuera del contexto de los zumos naturales.

Telecinco lo demostró con creces ayer en la tarde noche, emitiendo un programa superespecial de Pasapalabra. No porque sus protagonistas fueran los mejores concursantes de la historia, ni porque Zapatero y Rajoy se enfrentasen en el rosco. Cristhian Gálvez, presentador del espacio, y Almudena Cid, ex gimnasta vitoriana (muy mona ella), estaban sentados a escasos metros en el plató.

A él más le valía, porque así se gana el sueldo. Ella, en cambio, ejercía de invitada de apoyo para un concursante. Nada extraño, si no fuera porque ambos son pareja y su boda está a punto de caramelo. ¿No es un poco violento?

Lo que pasa es que Telecinco supo aprovechar el producto de etiqueta tortolitos a la perfección. Gracias a los concursantes, los espectadores pudimos enterarnos que él se dirige a ella como Almu, que la considera muy guapa (menos mal), y si uno de los dos dice ven, el otro lo deja todo.

La clave puede estar en ensayar la situación, aunque no creo que sea muy cómodo tratar como una invitada a una mujer con la que compartes cama y algo más noche tras noche. "¿Cuáles son tus proyectos de futuro, Almu?". "Después del programa me voy a ir a cenar con mi prometido, ¿qué te parece, Christian?". "Creo que le mimas demasiado, mujer". "Ay...con lo que le quiero, hombre". "Que bonito, ¿verdad concursantes?".

Vamos, que lo único que faltó fue la puntillla. Un rosco en forma de corazón. Con eso, Telecinco se hubiera salido.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Salido estaba, con perdón, el maestro de ceremonias. Cuando tengan hijos los llevarán al programa para que correteen por el plató. Entrañabilísimo.