Bienvenido Mr.Marshall podría haber sido el título perfecto de los últimos cuatro meses de convencia en nuestro piso de Pedro I, número 3, escalera izquierda, 2º D. Aunque de Marshall, Nipun tiene poco. Es más bien indio.
Bueno, es indio. Indio de Hong Kong, estudiante de económicas y muy extrovertido. Aquí tiene uno, pero, aún así, amigos en la vida no le van a faltar.
El día en que le conocí me dijo que Pamplona era la ciudad más tranquila en la que había estado nunca. Decirle eso a uno de Tudela... Casi nada.
Precisamente, la tranquilidad no ha sido su punto fuerte. Se ha comido Iruña en dos semanas, casi antes de que empezara la uni. Pero ha disfrutado, que es lo importante. El Soho, Marengo, Vaivén y Reverendos son para él más famosos que los Caídos, el monumento al Fuero o la calle Estafeta. Una señal de que lo ha pasado fenomenalmente bien. Básico en los tiempos que corren.
A mí me ha enseñado mucho inglés y, lo que es mejor todavía, mucha humanidad. Porque si hay algo que no le falta a Nipun es bondad.
Ayer, cuando le dejé en la estación de autobuses y nos despedimos, me emocioné un poco. No porque sea de lágrima fácil, que también, sino porque me pone los pelos de punta pensar en el puzzle que es la vida.
Un rompecabezas en el que, por muy pequeña que sea una pieza, significa tanto o más que otras piezas más grandes y pesadas, porque sin ese pequeño trozo de existencia, la vida de uno no habría sido igual. La pieza de Nipun, Nipsta-Mista, Apu o Sharma, como le queráis llamar, ya ha encajado para siempre en mi puzzle particular. Y espero que siga ahí por mucho tiempo.
Nipun, adiós, goodbye, agur, namasté... Hasta pronto, amigo.
lunes, 22 de diciembre de 2008
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1 comentario:
Me ha encantado Arilla. qué humanidad la tuya, eres un artista, lo del puzzle me ha parecido una metáfora perfecta. Enhorabuena. j.f.
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