Fue la peor decisión que tomó. Entregar 'Ambiciones' a las garras de la azarosa Opinión Pública, sin más cobijo que el de la masa ciudadana, de opiniones libres y mudables que de poco sirven si no forman parte de una publicación contrastada y de criterio.
Los Janeiro de Ubrique, como ayer decía Enric Sopena (elplural.com) en el Intermedio de Wyoming, no merecieron salir de las páginas de las revisas del corazón de manos de George Bush y, en un movimiento continuista, con el apoyo de Barack Obama. Más en broma que en serio, Sopena me hizo soltar la carcajada en el salón de mi casa.
No obstante, pensé más en serio que en broma a partir de esa parodia corazonera. Se me ocurrió que a esta gente le da igual lo que escriban sobre ellos, siempre que lo hagan en una revistucha de marujas. Pero también pensé que un periódico con ganas de dar caña podría hacerles daño.
Un diario combativo, que se empeñara en destapar las cuentas de los famosetes a golpe de reportaje, que insistiera en mostrar sus despilfarros, sus comilonas en restaurantes de lujo, sus pufos inmobiliarios, y, en definitiva, la poca vergüenza de la que hacen gala.
Es entonces cuando entiendo a Sopena, cuando comprendo el error geoestratégico que hemos cometido. Vamos a enmendarlo. Vamos a por ellos.
2 comentarios:
Pues Jesulín me cae simpático. Aunque es cierto que es im-presionante lo de esta gente. Pero el problema es el de siempre: existe un amplísimo mercado de gente que quiere beberse su orín en programas de la tele y revistas. Así nos va.
¡A por ellos, oé!
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